EL LENGUAJE EN PERSONAS CON SÍNDROME DE DOWN

Las personas con Síndrome de Down tienen unas características físicas y cognitivas que, en muchas ocasiones, provocan problemas en le habla y el lenguaje debido a infecciones en el oído medio, pérdida de la capacidad auditiva, pérdida del tono muscular, etc. Estas personas suelen tardar en aprender a hablar y, una vez aprendido, les suele ser complicado expresarse de manera clara.
Dentro del propio lenguaje, se encuentran muchas disociaciones entre las distintas áreas del lenguaje: existe una mayor capacidad de comprensión que de producción; y, a lo que expresivo se refiere, las habilidades léxicas son mejores que las morfosintácticas, siendo ésta última, el área donde mayor dificultad se puede encontrar; y siendo la pragmática el punto fuerte, ya que no solo se expresan verbalmente, sino mediante gestualidad.
Cuando hablamos de la morfosintaxis, hablamos de la cohesión y coherencia en el discurso y las estructuras gramaticales (conectores, correlativos, determinantes, orden de palabras, etc.), las partes de las palabras, terminaciones verbales, plurales, géneros, sufijos o prefijos. Los niños y niñas con SD tienen un desarrollo más lento en la morfología, dando lugar a omisión de verbos, lentitud en el desarrollo de la gramática, retraso en la producción de palabras, uso de lenguaje telegráfico, o falta de concordancia genero-número-tiempo verbal. Son capaces de imitar y comprender frases construidas a partir de su propio vocabulario, pero no pueden comprender o expresar oraciones que trabajen con un nivel de lenguaje superior al que ellos mismos tienen.
Aún así, es importante destacar que si solo hacemos un análisis sobre las dificultades morfosintácticas no se puede valorar si se hace un buen uso, o no, del lenguaje; ya que, lo idóneo es analizar completamente todas las áreas del lenguaje y, a partir de ahí, valorar la necesidad de una intervención y en qué áreas específicas es necesario llevarla a cabo.
En el caso de este colectivo, no se puede realizar una intervención puntual, sino que ha de ser una terapia sistemática, longitudinal y secuencial-acumulativa ya que el lenguaje sigue en desarrollo después de la infancia, consolidándose en la adolescencia y primera etapa de adulto, todo esto si se realizar un programa de entrenamiento adecuado a las necesidades de la persona.