RELACIÓN ENTRE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

Para que se de una regulación de conflictos efectiva es necesaria una regulación emocional.

La regulación emocional sirve para canalizar las emociones de forma apropiada, de manera que no se de un comportamiento compulsivo, sino una emoción adecuada a la situación que se esta viviendo. Esto es posible a través de la toma de conciencia de las emociones propias. La habilidad de suavizar las emociones negativas (ira, furia...) es primordial en las relaciones con otras personas, y mucho más en situaciones de conflicto.

Es importante que se distinga entre regulación y represión. Esta última impide reconocer emociones, así como expresarlas; en cambio, en la regulación se identifica lo que se siente y, esto mismo, se expresa al resto de personas en el momento oportuno y con el propósito justo.

Por eso, las personas impulsivas tienen muy poca capacidad para regular sus emociones: buscan recompensas inmediatas a sus acciones, tienen ansiedad cuando algo no sale como ellxs esperan, suelen llorar o explotar de felicidad o tener una expresividad emocional excesiva. Estos altibajos emocionales son muy patentes.